El otro día no pude resistirlo, y cuando mi hija me pidió que le comprara algo, señalando un muelle (en USA se llama slinky), me hice un poco el remolón, pero solo para aparentar, mientras deseaba que no cambiara de opinión, y se lo compré en cuanto tuve la oportunidad.
¿Y por qué tenía esta obsesión con el muelle? Pues porque había visto recientemente unos vídeos sobre este juguetito que me habían hecho gracia. En concreto, eran unos vídeos en el que el físico Rod Cross, de la universidad de Sídney, hace una prueba o experimento curioso: se trata de coger un extremo del muelle, dejar que el otro quede colgando y soltar el extremo que tenemos cogido:
Evidentemente, el muelle se cae, pero lo interesante es la parte de bajo del muelle: al soltar, la parte de arriba cae, pero la parte de bajo se queda un momento "flotando", hasta que llega la parte de arriba y cae todo el muelle.
Y no es una cuestión de peso del muelle ni de tamaño del mismo. Por ejemplo, con un tamaño del muelle mucho más grande, el efecto es el mismo:
Realmente, yo no sé exactamente si esto es debido al centro de masa del muelle, a la fuerza del muelle o a qué (en la entrada donde lo he visto tenéis mucha más información), pero, en resumen, parece que todo este efecto es debido a la fuerza de la tensión del muelle.
PD: el muelle estará chulo, pero cuando se lía es un auténtico rompecabezas.
Vía Fogonazos.
Tu es que fins que ho proves no mates el cuquet
ResponderEliminarDoncs sí: quan vaig vore la oportunitat, vaig pensar "aquesta és la meua", i, zasca, ja tinc el slinky :-D
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